No
se conocen con seguridad los orígenes de la villa, pero
se han encontrado restos arqueológicos en la zona que
atestiguan el asentamiento de un pueblo temprano, de la Edad
de Bronce. Sin embargo la mayoría de los historiadores
sitúan su fundación hacia el siglo II ó I
a.C., cuando los conquistadores romanos poblaron estas tierras
en su campaña contra los vacceos. Los romanos se asentaron
aquí, otorgando su configuración inicial al núcleo
y dándole el nombre de Fons Púdica, que ha derivado
en el actual Ampudia.
Sabemos por testimonio escrito, es que Ampudia
gozó de una época de esplendor anterior a la
invasión musulmana. El lugar, probablemente abandonado
ante el empuje musulmán, se repoblaría en fechas
tempranas una vez iniciada la Reconquista.
Su importancia fue en aumento en los siglos
posteriores, gozando siempre de numerosos privilegios reales
que los ampudianos se encargaron de mantener mediante su lealtad
a la corona.
Ampudia alcanzó su máximo esplendor
en el siglo XVI. La agricultura del viñedo y la artesanía
del hilado y tejido de la lana, alcanzaron su mayor auge, floreciendo
también las actividades artísticas.
El que entonces era Señor de Ampudia, Don
Pedro de Ayala y Rojas, Conde de Salvatierra, intentó ganarse
el favor real de Carlos V, pero al no conseguirlo se adhirió al
movimiento de las Comunidades, dando lugar al hecho de armas
conocido como la batalla de Ampudia.
También destaca la figura del Duque
de Lerma, Señor de Ampudia en el siglo XVII.
El Duque obtuvo del rey Felipe III todo cuanto se propuso
y, a pesar de su tiranía con respecto al pueblo, consiguió grandes
logros para la Villa, tales como la concesión de mercado
franco todos los viernes del año y la feria franca
del 8 al 15 de septiembre, el traslado de la Colegiata de
Husillos a Ampudia y la fundación del Convento de
San Francisco. Pero el Duque perdió el favor real
y poco a poco las fiestas y visitas al castillo fueron terminando.
Los sucesivos herederos y Señores de Ampudia, a menudo
aparecían por allí de forma fugaz, comenzando
un proceso de decadencia y abandono.
Durante el siglo XVIII el pueblo estaba en
manos del clero, hasta que las desamortizaciones de Mendizábal
en el siglo XIX, acabaron con su poder.
Hoy nos encontramos con un pequeño
Municipio, principalmente agrícola, que ha sabido conservar
las huellas de ese pasado esplendoroso.
En el año 1965, Ampudia fue declarada Conjunto Histórico-Artístico. |